3,700Kg. / 53cm.

¡Por fin después de tanto esperarlo nuestro bebé ha llegado a este mundo!

Todo comenzó cuando llegamos al hospital aproximadamente a las 7:30am. Después de llenar algunos datos y hacer los trámites requeridos pasaron a Tere a la sala de labor para hacerle un lavado de estómago, conectarle el monitor fetal y administrarle una solución con oxitocina para inducir el parto.

Las contracciones empezaron a registrarse en el monitor y afortunadamente sin ningún dolor para Tere. Pasado algún tiempo le tomaron sus signos vitales y poco a poco el personal del hospital llegó a presentarse comenzando con las enfermeras, el gineco-obstetra residente del hospital y por último el anestesiólogo.

Durante el tiempo que estuvimos esperando a que el cuello del útero se dilatara Tere recibió varias visitas de sus papás, hermanos, y suegros ansiosos de noticias.

Con un par de horas transcurridas el doctor pasó a hacerle un tacto para revisar el estado del útero, que desgraciadamente seguía cerrado. Le subieron la dosis de la oxitocina para motivar aún más las contracciones y lograr que el útero se relajara y abriera provocando el trabajo de parto sin embargo el útero nunca lo hizo.

Alrededor de la 1:00pm llegó el Doctor para revisarla, después de hacer un tacto y confirmar lo cerrado del útero decidió que lo mejor sería intervenirla y practicar una cesárea.

El doctor y yo bajamos a dar la noticia a los familiares y tiempo después nos preparamos con los uniformes para entrar al quirófano. Desde el límite de la zona de quirófanos ya con mi uniforme puesto podía ver cómo preparaban a mi esposa para hacerle el bloqueo y posteriormente la cesárea.

Los doctores entraron y 5 min. después una enfermera me llamó para entrar al quirófano. Tere ya estaba preparada; le tome del antebrazo ya que la manos las tenía sujetas a la plancha de operaciones y comenzó la cirugía.

Comenzaron con un corte en el vientre, luego en los músculos los cuales separaron con una especie de palancas y pinzas de acero al tiempo que yo le iba narrando todo a Tere para que no estuviera nerviosa.

Pasaron 15 min. cuando el doctor dijo "líquido claro" haciendo notar que había roto la fuente y que el bebé estaba próximo a salir. Yo le decía a Tere "ahí viene, ahí viene" al mismo tiempo que temblaba, lloraba y me sumergía en mi natural conmoción al ver salir de su vientre la cabeza de mi hijo.

El doctor lo sacó poco a poco, cortó el cordón y en seguida se escuchó su llanto. En ese momento Tere y yo nos ahogábamos en lágrimas de felicidad. El bebé pasó a manos del pediatra quien lo recibió, lo arropó, aclaró sus vías respiratorias, le dió oxígeno y comenzó a hacerle el examen que le hacen a todos los recién nacidos para determinar su estado de salud y apariencia dándole una calificación final de 9.9.

Ya que el pediatra lo revisó me lo pasó diciéndome "felicidades, es un varón muy sano" mientras yo luchaba con mis nervios para encontrar la mejor manera de sostenerlo en mis brazos en la primera vez que las miradas de padre e hijo se cruzaban.

Con mis temblorosos y en ese momento débiles brazos lo acerqué a su mamá para que lo viera y lloramos aún más. El pediatra preparó las pulseras para madre e hijo con los datos de identificación y me pidieron acompañara a la enfermera hasta el cunero dónde descansaría mi hijo un rato dentro de la incubadora.


Después de haberlo dejado sano y salvo en el cunero bajé a dar la noticia a toda la familia en dónde claro, lloré aún más aunque esta vez acompañado.

Así fue como Bernardo(IV) Hernández Lara llegó a este mundo el 22 de Abril del año 2006 en el Hospital Santa Teresa de la Ciudad de México, rodeado de mucho amor y cariño de toda su familia y amigos que ansioso lo esperaban desde hace ya un buen rato.

¡Bienvenido al mundo hijo!

Te amamos y queremos muchísimo